Tal vez muchos memoriosos recuerdan a Alberto Gómez, en cambio para otros es un desconocido. Hoy veremos como logró transformar un Peugeot 404 en un auto picante.
De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: el motor del Peugeot 404 AG S, Alberto Gómez al mando del 404 y la trompa del 404 AG S. Las fotos son una gentileza de Viejas Automundo. |
Alberto Gómez era un técnico aeronáutico que su pasión por las carreras de autos lo llevó a ser su propio preparador mecánico. También piloto de competición supo darles batalla a los Borgward Isabella a finales de los años ’50 en un Peugeot 403 preparado por él.
Así es como llega a transformar un Peugeot 404 en un auto que podía llegar a los 180 kilómetros por hora. Claro que para lograr esto había que meter mano en el motor de cuatro cilindros en línea del 404, pero conservando las medidas originales.
Tanto la cilindrada de 1.618 centímetros cúbicos como el diámetro de los cilindros, de 84 milímetros , y la carrera del pistón, de 73 milímetros , no eran modificadas. Si se cambiaban los pistones por unos más livianos y resistentes que los originales de fábrica. También las válvulas de admisión y escape tenían mayor diámetro.
El tablero del Peugeot 404 AG S de 1965. La foto es una gentileza de Viejas Automundo. |
Las válvulas de admisión tenían un diámetro de 41 milímetros y su cabeza cóncava. Las de escape con un diámetro de 36 milímetros . El colector de escape era de diseño de Alberto Gómez con dos tubos de descarga de gases de combustión.
La tapa de cilindros era la que usaba el Peugeot 404 S a inyección en Francia. Esta tapa era rellenada por colada para luego trabajar en los conductos de admisión y escape, que recibían la conformación definitiva.
Dos carburadores Weber 40 DCOE eran los encargados de alimentar el motor del 404 AG S, tal la denominación que recibía luego de las transformaciones. El 404 de Alberto Gómez daba 130 HP SAE o 115 CV DIN a 6.500 revoluciones por minuto. La compresión la llevaba a 8,8:1 y Gómez afirmaba que se podía alcanzar los 10:1, si era el gusto del cliente.
El despiece del motor del Peugeot 404 AG S de 1965. La foto es una gentileza de Viejas Automundo. |
La caja de velocidades, con palanca al piso, también había recibido un tratamiento para que la caída de revoluciones por minuto no superara las 1.000 vueltas por marcha.
La velocidad crucero estaba estimada en 140 kilómetros por hora y su velocidad final en 180 kilómetros por hora. Pero lo interesante de todo el Peugeot 404 AG S era que se lo podía manejar cómodamente en ciudad y en tercera a 1.800 revoluciones por minuto se lo aceleraba sin ningún tironeo.
Esto fue confirmado por el periodista de la revista Automundo, Miguel Ángel Barrau, que tuvo la suerte de manejar un 404 AG S. Volveremos sobre este auto y sus prestaciones.
Las fotos son una gentileza de Viejas Automundo.
Mauricio Uldane
Editor de Archivo de autos
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